Que lance la primera piedra
All the concepts and contents of this page are copyright reserved by The Cuban Nation Newspaper, Inc. and can not be reproduced by any means without written permission.
Todo el contenido de esta pagina esta protegida por los derechos reservados bajo la ley por el Periodico La Nacion Cubana, Inc. y no puedo ser reproducidas de ninguna forma sin permiso especial por escrito.
Editorial
  Los lamentables acontecimientos que provocaron el suicidio de Arthur Teele en pleno vestíbulo de Los gemelos herald (The Miami Herald y el Nuevo Herald), confirman la limitación de las libertades básicas en Miami, entre ellas, la de la información. Sin embargo, las organizaciones de defensa de los periodistas del país guardan silencio, imitando la soberbia de la Administración Bush cuando acusa y pretende evaluar la libertad de prensa en nuestros países.
El señor Tom Feidler, editor del Miami Herald, miente en sus excusas para la expulsión del periodista Jim DeFede. De nuevo miente, como lo hizo al negar en Miami las declaraciones hechas en la Habana el año pasado en su visita con la asociación de editores de periódicos norteamericanos y luego ni siquiera se publicó una aclaración.
Personalmente dejé hace años de llamar al El Nuevo Herald, cuando la Editora Araceli Perdomo, sin mi conocimiento, grabó una conversación personal, reproducida en público en plena redacción. Los ecos llegaron tan lejos como al Cen-tro de Prensa Internacional en la Habana, donde semanas después un funcionario me comentó esos mismos temas.
No hay ética ni prestigio en los mentirosos y mucho menos en los calumniadores, quienes censuran a sus colegas, ex-purgan artículos y opiniones de lectores para no molestar a los anunciantes.
El propietario de Los gemelos herald, la corporación Knight Ridder, es la segunda de Estados Unidos en el control de periódicos, tanto impresos como en Internet, con 31 diarios en 28 importantes áreas económicas de la nación y acceso a 9 millones de lectores diarios y 12.7 los Domingos. Tiene lucrativas inversiones en diversas compañías on-line y dos productoras de papel periódico, entre otros negocios.
Ellos no estarían interesados en tener problemas con los anunciantes, en primer lugar quienes son key players  de la política y las finanzas del Sur de la Florida. Sobre todo cuando Los gemelos herald fueron los primeros en la lista de incremento de ganancias en anuncios este año con 4.8%; seguidos por otros tres de los restantes 27, los cuales reportan pérdidas este año.
La Knight Ridder, si vamos a creer sus propios reportes de finanzas, está perdiendo dinero con $116,387,000 de ga-nancias en el período con respecto al año pasado, lo cual implica $16, 414,000 dejados de ganar. ¡Con uñas y dientes van a defender al mercado exiliado y de los poderosos intereses de Miami!
En Estados Unidos, donde único existe la libertad de prensa es en los textos de las escuelas de periodismo y ni eso, es sólo un tema para contarle a los jóvenes, pues nadie les habla de las realidades de la prensa corporativa, tan rapaz y despiadada como cualquier otra corporación en lo que a dinero y poder se refiere. Si tienes principios de ética y profe-sionalismo: ¡dedícate a vender Biblias!
DeFede no fue expulsado del Herald por grabar una conversación. Eso pasa y ha pasado todos los días en compañías, instituciones oficiales y por supuesto, periódicos a lo largo y ancho del país donde hay cámaras hasta en los servicios sanitarios. Hay reportes cotidianos y se usan conversaciones con reporteros y funcionarios para intereses corporativos.
DeFede fue despedido por su actitud crítica ante la corrupción y los corruptos, sobre todo en la comunidad exiliada de Miami, primero en sus artículos y reportajes en el Miami New Times y ahora en la pequeña sección donde lo acomoda-ron del Herald en inglés. Debemos agregar otro pecado capital: viajó a Cuba recientemente. Ya estaba juzgado y con-denado en el tribunal de las estaciones de radio exiliadas ahora en manos de Univisión.
Aunque lamentable, el suicidio de Teele no fue provocado sólo por su encauzamiento por corrupción, pues en Miami se puede sentar cátedra internacional en esos temas, sino por el uso de la prensa como un instrumento cómplice de la mafia exiliada y corrupta que asfixia a esta comunidad.
A los colegas norteamericanos que no encuentran esta información, accesible a todo el mundo por Internet, quiero re-cordarles tres sonados casos de corrupción sin consecuencias mayores y tanto o peores como lo achacado al difunto Teele. ¿Recuerdan a Pedro Reboredo, comisionado del condado en sus manejos del aeropuerto y otros pequeños peca-dos que nos costaron millones a los contribuyentes, o Alberto “Al” Gutman con apenas 23 acusaciones federales y es-tatales, o Humberto Hernández con la mitad de esos cargos, o el sonado caso de Carmen Luneta del Puerto de Miami quien se salvó por conservar copias de los recibos de cash entregado a destacados políticos de Miami?
Por cierto, estimados, ilustrados y premiados colegas: ¿dónde están esos documentos entregados a la fiscalía?
Todos estos personajes y muchos más que no caben en estas cortas líneas  están en la calle, limpios de polvo y paja, disfrutando de sus bien ganados reales. Les dieron una palmadita en la mano, escucharon su promesa de no volver a portarse mal y los castigaron a unos meses de dieta y ejercicio en la finca para los presos de categoría. Eso no iba a pasar con Arthur Teele a quien intentaron eliminarle el apoyo de su comunidad, usando a la prensa cómplice de Miami para denigrarlo y poderlo arrastrar a él y a la comunidad de negocios afro americana por los tribunales del condado.
¿A que a nadie se le ocurre escribir del lesbianismo y la homosexualidad en nuestros congresistas federales cubano americanos y representantes o senadores estatales? No que le importe a nadie su sexualidad, pero no hay derecho se-ñores a proponer moral cuando no sales del closet.
El verdadero acusado no era Teele, ni siquiera DeFede, son sólo dos víctimas de las luchas por el poder económico y político de Miami. Muy oportuno que el escenario fue el vestíbulo de Los gemelos herald.
Con tejado de vidrio no se tiran piedras.